Qué hace que PARA HACER CONTIGO LO QUE QUIERA sea tan especial. O mejor dicho, quiénes.
Tengo la firme convicción de que la fuerza de una novela, aparte de en los protagonistas —y en la propia historia, claro está—, reside en sus personajes secundarios.
En PARA HACER CONTIGO LO QUE QUIERA hay un montón de estos personajes.
LAS HERMANAS
Por un lado están Amarantha (Mara) y Alexandria (Alexia), las dos hermanas de Ailena, la protagonista femenina del libro. Ambas son muy diferentes entre sí, y a la vez ninguna se parece a Lena.
Alexandria, la mayor, es agresiva, feroz incluso. Va armada con un puñal enganchado a su muslo, como si fuera una guerrera de otro tiempo.
Tiene la voz de un ángel pero no le agrada exhibirse en público. Se siente incómoda frente a la atención que siempre despierta, y detesta particularmente las alabanzas y los cumplidos.
Amarantha es tan introvertida con los extraños que resultaba doloroso presenciarlo. Quizá lo que la lleva a encerrarse tanto en sí misma sea una complicada mezcla de razones: la falta de una madre a la temprana edad de dos años, la rígida y a menudo cruel educación por parte del conde, la especial sensibilidad que se atisba en la niña a las puertas de la madurez, una vulnerabilidad que se afana por ocultar, incluso a sus hermanas, y una total e inexplicable falta de confianza en sí misma, como si se sintiera de algún modo inferior a todo ser humano, pero sobre todo a las dos personas a las que más quiere en el mundo.
Esa jovencita con apariencia dulce y en extremo apocada, esconde una mente aguda, un ingenio rápido y nada, nada escapa a su atención.
Los hombres que la cortejan son demasiado jóvenes, impulsivos, ansiosos… Y lo que ella quiere es alguien como su cuñado, Javo.
También físicamente son como la noche y el día.
Alexia posee un rostro tan hermoso que con mirarla un instante ya no puedes quitarle los ojos de encima, preguntándote, en una nube de lujuria, si esos carnosos labios sabrán tan bien como aparentan, o si tras todas esas rotundas formas de mujer, y las miradas directas y amenazadoras de aquellos preciosos ojos de color miel claro, existe en realidad la joven apasionada y llena de fuego que uno sueña al mirarla.
Mara en cambio es todo lo contrario. Es dulce y tímida como un ratón de campo. No, como un ratón no. Era un hada de los bosques, con su melena rojiza y sus inteligentes y cautos ojos grises, tan serios para una niña de diecisiete años. Parece menos llamativa que sus hermanas porque sus formas aún no estaban completas, con sus pequeños pechos y sus caderas estrechas, pero entonces te sonríe, y esa pequeña boquita de querubín se estira en una sonrisa que ilumina un salón entero, y la risa burbujea por la estancia como campanitas de plata, y tienes que parpadear varias veces para asegurarte de que verdaderamente no estás en presencia de una criatura fantástica y etérea, e incluso tienes la tentación de inclinarte para escudriñar tras su espalda en busca de sus supuestas alas. Indudablemente, en poco tiempo, esa muchacha será un quebradero de cabeza para algún idiota enamorado.
ELORA MARCOINT (LA DAMA DE COMPAÑÍA / ESPÍA)
En un principio Elora iba a ser un personaje sin importancia ni transcendencia. Tan solo un peón necesario para dar una vuelta de tuerca más a la venganza de Javo contra Lena. Pero al final de la historia me pareció una joven con fuerza y carácter, de esas que reflejan a la perfección a mis protagonistas, y me pensé la posibilidad de convertirla algún día en una.
Parece que varias lectoras se han encariñado con ella, reafirmando mi teoría de que podría defenderse bien en el papel. ¿Qué pensáis?
Físicamente es el prototipo de mujer que me gusta para mis libros, una mujer hermosa, con un abundante cabello de rizos castaños, unos enormes ojos verdes con pequeñas motas color caramelo alrededor del iris, una boca grande y ancha, y un cutis absolutamente perfecto… Por no hablar de sus pechos llenos y redondos, su pequeña cintura y su trasero respingón. O la manera en que camina, meneando las caderas como sólo ciertas mujeres saben hacerlo, de una forma abiertamente sexual pero sin ser conscientes de ello. En definitiva, es bella y apetecible.
En cuanto al resto de sus atributos… Es tan solo la hija de un baronet, y sus circunstancias la obligan a entrar en casa de los Rólagh como dama de compañía, aunque todos sus ocupantes saben perfectamente que su cometido principal es el de mantener informado al marqués de los movimientos de su esposa.
Al principio parece una dama recatada y conformista, pero en el desarrollo de la historia se descubre a ratos como toda una sargentona. Hasta a veces… demasiado capaz. Cocina como un chef francés, almidona las camisas mejor que un ayuda de cámara, mantiene la casa más limpia que toda la dotación de un vizconde, sabe más del alcoholismo que nadie que puedas conocer… Y podría seguir con la lista de sus atributos durante un buen rato sin parar para respirar. También es obstinada, entrometida, indisciplinada e insubordinada. Yo diría que es una mujer maravillosa, cualquier hombre en su sano juicio se sentiría honrado de tomarla como esposa. Aunque deberá ser un tipo muy firme y seguro de sí mismo para no terminar arroyado por ella.
Pero es que Elora quiere permanecer soltera para siempre. ¿Por qué?
Y LUEGO, POR SUPUESTO, ESTÁN LOS COMPONENTES DEL CLUB DE LOS SEDUCTORES…
DARIUS DOMENECH (DAR), VIZCONDE CRASSDANL
Dar es un encantador de serpientes, pero también alguien que no tiene miedo de decir lo que piensa, ni de defender a sus amigos a capa y espada, a la vieja usanza. Es el mejor amigo de Javerston, y su estómago, a pesar de estar hecho a prueba de balas, no es capaz de soportar lo que este le tiene reservado a su dulce esposa, y mucho menos de ser testigo silencioso del encarnizado enfrentamiento entre ambos.
Con sus ojos marrones, del color oscuro de las castañas, su sonrisa burlona y despectiva, y su cuerpo esculpido para el pecado, por supuesto es un claro candidato a formar parte del aclamado Club, donde no está permitida la entrada de las féminas. Al menos por la puerta principal…
Quién diría que alguien tan poco paciente para algunas cosas sería capaz de dedicarle en cambio semanas, o meses a su otra gran pasión —por si no ha quedado claro, la primera es el sexo débil—, la creación de cosas hermosas.
Parece extraño que algo como la decoración le pegue a un hombre como Darius, pero qué le vamos a hacer, me salió así el hombre. Y al final es un secreto a voces cuánto disfruta transformando una habitación corriente en algo hermoso y único. Es un hobby. Le entretiene. Y a mí imaginarle envuelto en sedas y satenes, sin una pizca de ropa propia, elucubrando sobre cortinas, tapizados, colchas y empapelados. Guau.
NASHFORD LUCAS MARTIN (NASH), MARQUES DE TRESMAINE
Si hay algo en lo que es prolífico Nash es en su inagotable sentido del humor —algo que personalmente valoro muuuuucho en un hombre, por su escasez en estos días, e imagino que bastante más en aquel entonces—. Y en sus célebres e inacabables juergas nocturnas. Y en sus partidas de cartas donde se juega astronómicas sumas de dinero. Y por supuesto en sus deslumbrantes queridas, que pasea por delante de las narices de la buena sociedad cada vez que tiene oportunidad, para gran escándalo de esta.
Definitivamente dejó un inconmensurable vacío tras de sí cuando decidió marcharse a Europa en busca de emociones más fuertes que las que Inglaterra podía ofrecerle. Claro que el hecho de que cuatro maridos cornudos quisieran su pellejo desprendido a tiras de su cuerpo podría haber pesado bastante en su decisión de salir del país, casi un año atrás.
Pero ahora el rubiales ha vuelto y con él, su desparpajo y su físico de escándalo, así que veamos qué maravillosos momentos nos depara este sorprendente personaje que no dejará indiferente a nadie. Sobre todo a ellas…
DEMIAN LACROSSE (DEM), DUQUE DE SAMBBLER
El mayor calavera de Londres es, sin duda alguna, Demian Lacrosse, reconocido en toda Inglaterra por seducir a cualquier fémina en menos de tres minutos, contados por reloj. Hay un buen número de apuestas en los libros de Broock´s y White´s que dan buena fe de la habilidad del duque en cumplir ese desafío en particular —ufff, qué pena no haberlo vivido en mis propias carnes—.
Hay una especie de leyenda —porque nadie ha tenido las… narices de preguntárselo directamente— que cuenta que su enorme, impresionante y absolutamente magnífico… invernadero —¿qué os habíais creído?—, no está a cargo de ningún jardinero, sino que es el mismísimo duque en persona el que cuida de todas esas plantas, flores, árboles y especies de todo tipo, traídos de países lejanos y exóticos.
También se especula bastante sobre los motivos que un hombre como él puede tener para hacer algo tan femenino como cultivar de un puñado de flores, pero a mí me parece que si un rubio con su porte me mirara con esos ojazos azul intenso y me ofreciera un preciosa orquídea con su voz aterciopelada, sabiendo además que la ha cultivado él con sus grandes y aristocráticas manos…
Bueno, chicas, qué sé yo, a lo mejor es que no entiendo de hombres…
RODRIAN LUCIUS SILVER (ROD), CONDE DE VALMIAN
Rod lleva un tiempo retirado en su propiedad de Escocia —razón por la que no aparece en el libro—. No, en realidad estoy creando suspense a su alrededor para que le cojáis ganitas.
Y…
DARIAN CRONWELL (RIAN), CONDE DE STEMBLAND
Bien, todas sabemos que Darian no es uno de los miembros del Club de los Seductores. Incluso nos cae mal. A fin de cuentas es el secuestrador de Alexia, y estuvo a punto de quitarle su virtud como método de presión para casarse con ella. Si no llega a ser por nuestra valiente amazona, esa historia habría acabado como el rosario de la aurora, y ahora habría un libro menos por escribir —esperad, ¿eso sería bueno o malo? Porque a este paso esta serie va tener más capítulos que Falcon Crest—.
Rian es un tanto cabronazo. Que sí, que sí. Es cínico, hosco, taciturno, desconfiado, mezquino…
Puede que la vida le haya empujado un poco a ser así. El noble y petulante conde de Stembland está completa y absolutamente arruinado. Su padre perdió hasta la camisa en los salones de juego, los burdeles y las apuestas. Así que su hijo ha recogido el guante, decidiendo casarse con una heredera para restaurar la fortuna familiar y no perder lo único que le importa en la vida, las caballerizas Bland Horse.
Lleva años criando caballos, los mejores purasangres que se hayan visto, y hay pocas cosas en la vida que no sea capaz de hacer por seguir manteniéndolas en su poder. Incluso atarse de por vida a una sola mujer. Y cuando conoce a la hermosa, temeraria y rica Alexandria Saint Montiue lo tiene claro. El problema es que ella no coopera, y su familia tampoco, por lo que ante el riesgo de quedarse sin sus amadas cuadras tendrá que buscar de nuevo otra incauta que le llene los bolsillos, aunque sabe que ninguna será capaz de calentar su cama como lo haría ella…
¿Qué? ¿No creéis que este hombretón, incluso sin ser trigo limpio, debiera entrar a formar parte del Club de los Seductores, aunque sea por adopción? Porque especímenes así, con sus penetrantes ojos verdes, fuertes, seguros de sí mismos, arrogantes, pretenciosos, demoledoramente guapos, con cuerpos perfectos… La verdad, no abundan.
Y también posee secretos que él prefiere no desvelar... En mi opinión lo tiene todo, ¿no?
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